por Ceci Kalach
La pobreza menstrual ha sido definida como la falta de acceso a productos de gestión menstrual, así como a los recursos necesarios para poder tener un proceso digno. Entre estos, podemos mencionar recursos materiales (tales como agua, jabón, productos de limpieza personal, calmantes para el dolor, ropa interior), como inmateriales (acceso a espacios con privacidad y programas de educación sexual, menstrual y reproductiva laica, accesible y transparente).
La pobreza menstrual provoca que niñas, mujeres y personas abandonen la vida pública durante su menstruación. La falta de espacios seguros y de perspectiva menstrual las empuja a “refugiarse” en su esfera privada, toda vez que los espacios públicos no se adecuan a las necesidades de un enorme sector poblacional. Lo anterior implica altas tasas de absentismo escolar, absentismo laboral y falta de participación en los espacios sociales. Así, se perpetúa un ciclo de pobreza que parece no tener final. Si las niñas no pueden asistir a la escuela, sus oportunidades laborales se ven limitadas. Si las mujeres no pueden participar en la vida social, no habrá voces que aboguen por espacios más incluyentes. Si las personas menstruantes se ven relegadas a una esfera privada, dejamos de ver su realidad. Las situaciones que no se ven, no se escuchan y no se reconocen, no existen en el entendimiento colectivo. Lo que no se asume como existente, no se puede solucionar.
Partamos de un lugar común: queremos terminar con la pobreza menstrual. Queremos que las niñas, mujeres y personas menstruantes aparezcan en el espacio público, participen en clases, asistan a sus trabajos y puedan tener un proceso menstrual digno. Surge la siguiente pregunta: ¿podemos acabar con la pobreza menstrual simplemente distribuyendo o haciendo accesibles los productos menstruales? Si bien, es un paso importante, es insuficiente para revertir la lamentable situación de millones de personas alrededor del mundo que resienten los efectos de la pobreza menstrual.
La doctora Marni Sommer, investigadora de la Universidad de Columbia, al estudiar el caso de algunos países africanos, concluyó que el acceso a productos menstruales, en sí mismo, no disminuye el absentismo escolar de las niñas durante su periodo menstrual. Señaló que, sin educación sexual de calidad, el acceso a productos menstruales es una medida insuficiente.
Pero ¿por qué? Revisemos el estado de la educación menstrual alrededor del mundo. Aditi Gupta, activista menstrual, señala que en India urbana 3 de cada 10 niñas no saben lo que es la menstruación antes de tener su primer periodo. Asimismo, resalta que está cifra se eleva de manera significativa cuando hablamos de India rural: 7 de cada 10 niñas no saben lo que es la menstruación antes de tener su primer periodo. Esta situación se replica en muchas partes del mundo. Investigaciones más específicas arrojaron que el 37% de las niñas en una de las zonas más ricas de India (Guajarat) no sabían lo que era la menstruación al tener su primer periodo. En la ciudad de Uttar Pardesh, India, el 66% de las niñas no sabían lo que era la menstruación al tener su primer periodo. En Senegal, casi el 40% de las niñas contestó “no” a la pregunta de si alguien les había brindado educación menstrual. La resistencia por incluir educación menstrual de calidad en los programas escolares se asocia con la relación que supuestamente existe entre la menstruación y las relaciones sexuales. El silencio es brutalmente perjudicial y provoca que se perpetúen visiones moralinas que tenemos alrededor del cuerpo, la sangre menstrual y la sexualidad.
En México, si bien ha habido esfuerzos por medir pobreza menstrual en diferentes sectores (por ejemplo, en poblaciones carcelarias o en poblaciones en situación de calle), hay una enorme deuda en la medición general de la pobreza menstrual y, específicamente, de las repercusiones negativas que tiene la falta de educación menstrual.
Pensemos en nuestras clases de educación sexual. Preguntas como a qué tiene que oler el flujo, cómo se tiene que ver, es normal tener cólicos incapacitantes, qué es la endometriosis, el ovario poliquístico, la fibrosis pélvica, por qué me siento más irritable durante mi periodo, qué sucede con mis hormonas durante mi menstruación, por qué debo de hablar con un médico o médica en caso de tener problemas menstruales, puedo tener relaciones sexuales mientras menstrúo, entre otras, han sido cuestiones pendientes en la agenda educativa alrededor del mundo. Sin importar cuantos productos menstruales se distribuyan, si en las esferas públicas no se comienza a normalizar el tema y adecuar el ambiente para que las niñas, mujeres y personas puedan “menstruar en público”, tendremos a un enorme sector de la población alejado de los espacios educativos, laborales y sociales. Dejemos un punto claro, no solamente la falta de acceso a productos menstruales saca a las niñas de las escuelas, sino que es la propagación de ideas erróneas sobre el periodo lo que impide el correcto desempeño de todas las personas menstruantes en las esferas públicas (por ejemplo, las ideas de que la menstruación propaga enfermedades).
Que no quede duda: las políticas públicas destinadas a eliminar la pobreza menstrual deben incorporar medidas de accesibilidad a productos menstruales, así como programas de educación sexual de calidad con perspectiva menstrual. Por eso, aplaudo la reforma a la Ley de Educación de Michoacán, que no solamente prevé el acceso gratuito a productos menstruales en escuelas públicas del estado, sino que amplía la visión de educación sexual integral para incorporar educación menstrual. Erradicar la pobreza menstrual implica una mezcla de esfuerzos, medidas, y políticas. Sin educación sexual de calidad, la lucha estará incompleta. Una menstruación segura es una menstruación informada, libre de tabús y estigmas.
- La menstruación y derechos humanos – Preguntas frecuentes | UNFPA – United Nations Population Fund
- https://infosen.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/64/2/2020-06-17-1/assets/documentos/PA_MC_Dip_Martha_Tagle_higiene_menstrual.pdf
- https://www.copred.cdmx.gob.mx/storage/app/media/la-vida-en-rojo-diagnostico-sobre-gestion-menstrual-en-las-mujeres-y-personas-que-integran-las-poblaciones-callejeras.pdf
- https://www.ted.com/talks/aditi_gupta_a_taboo_free_way_to_talk_about_periods?language=es
- Anna Dahlqvist. (2016). Its Only Blood. Suecia: ZED.
- Gultie, Teklemariam, Desta Hailu & Yinager Workineh. 2014. Age of menarche and knowledge about menstrual hygiene management among adolescent school in Amhara province, Ethiopia: implications to health care workers and schoolteachers”.
- Hennegan, Julie & Montgomery, Paul. 2016. “Do menstrual hygiene management interventions improve education and psychosocial outcomes for woman and girls in low- and middle-income countries? A systematic review”.
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- UNFPA. 2010. Comprehensive sexuality education: advancing human rights, gender equality and improved sexual reproductive health. Ed