Mi papa y yo pedimos unas alitas para cenar de un restaurante a unas 4 cuadras de mi casa. Usualmente aprovechamos para platicar y vamos caminando, por la contingencia, esta vez usamos UberEats. Un señor, evidentemente de más de 40años, nos hizo la entrega. Más tarde vi los resultados de una encuesta hablando sobre las condiciones laborales de los repartidores:
Los repartidores no tienen derechos laborales, las apps se deslindan de obligaciones patronales y llaman “socios” a los repartidores, aun el 80% de los repartidores se considera trabajador. Para el 60% es su única fuente de ingresos, en la que ganan dos salarios mínimos por 12 horas de trabajo o más. Al 40% le han robado trabajando y mas del 60% ha sufrido un accidente.
Hablemos también de las personas trabajando en el supermercado recibiendo un salario que apenas alcanza para cubrir sus necesidades y siendo trabajadores esenciales. O hablemos de los casos de coronavirus en un almacén de Amazon donde aun enfermos, siguen trabajando.
Está claro que las condiciones de trabajo en las que se encuentran muchos mexicanos no son las óptimas. Entonces, ¿debí ir por mi propia comida? Hagamos la pregunta.
Desde una perspectiva personal (y la de mi papa): la alternativa de arriesgarme por una comida del día no funciona. Pero cuando hablamos del repartidor: estoy cuidándome al pagar por transferir el riesgo de contagio a otro? Quien no tiene otra opción mas que trabajar para seguir viviendo. Ahora, aun pagando por “transferir el riesgo”, podría contagiarme si el repartidor ya lo esta. Entonces ¿usar o no aplicaciones de repartidores?
Tomando en cuenta las condiciones laborales, abstenerse de pedir perjudica directamente al repartidor. Los repartidores no trabajan para el app, son un “socio” o contratistas independiente. Estas preocupaciones no solo recaen en el tema de que reciban o no un salario sino también hablemos de las incapacidades por enfermedad. Un repartidor contagiado por COVID no seguirá recibiendo un salario mientras se recupera de la enfermedad y; ¿Cómo le pido, a alguien que vive al día, que deje de trabajar?
Entonces no te pido que dejes de pedir comida o el super a tu casa. Ese es el problema, “necesitamos” de este servicio, pero si te es posible, toma medidas para protegerte y proteger a los repartidores. Practica la sana distancia. Verifica las políticas de trabajo que tiene la app que vas a utilizar, algunas establecieron fondos de ayuda para sus “socios”, otras lo ignoraron. Si te es posible, ofrece mas propina de lo usual y deja 5 estrellas, las calificaciones afectan la cantidad de trabajo que les llega.
Definitivamente no vamos a solucionar este problema hoy, pero en el futuro observemos que el sistema les está fallando a los repartidores de apps (y a muchos más mexicanos). Hablemos sobre trabajo digno, con salarios justos e incapacidad pagada por enfermedad. Mejores leyes que no permitan a estas empresas millonarias evadir obligaciones patronales.
Si quieres seguir formando una opinión sobre el tema te dejo estos artículos:
“Instacart Workers Shouldn’t Be Risking Our Lives for $7” [Jacobin]
“This Food Delivery Worker Won’t Let Coronavirus Get in Her Way” [The New York Times]
“We Need Amazon During the Coronavirus. That’s a Problem.” [The New York Times]
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Sobre el autor:
Mariann Avila es una estudiante activista y emprendedora social de Sabinas Hidalgo, México. Trabaja dentro de School on the Road para que la educación STEM sea accesible en las zonas rurales de México. Puedes seguirla en Instagram @mariannavila_ y en twitter @mariannavila_